Viendo la situación de España, y sin querer echar toda la
culpa a las familias, queda claro que si existiese más cultura financiera,
probablemente la burbuja financiera no se hubiese inflado tanto, ni las deudas
personales hubieran sido tan grandes. Solo con estas dos cosas la crisis
hubiera sido mucho menos grave.
Los poderes públicos son responsables de no haber puesto
límites a los bancos, pero lo ideal es cuando no hacen falta aplicar tanta
norma porque las personas se autorregulan, al menos en parte.
No todos los que podían comprar compraron
En el peor momento de la burbuja, cuando los créditos
hipotecarios estaban baratos, la situación económica parecía inmejorable y la
presión social para comprar no paraba, muchas personas se negaron a dar el
paso.
Muchos de los que se resistieron lo hicieron por puro
sentido común, sin tener necesariamente conocimientos financieros. Simplemente
les pareció que comprar una casa a estos precios, con los sueldos que tenían
era una temeridad. Y así era.
Otros muchos de los que no compraron eran los que sabían de
forma contrastada que era muy mal momento para comprar. Cuando explicaban a la
mayoría sus razones, se encontraban con prejuicios tan dramáticamente
equivocados como “la vivienda nunca baja” y “alquilar es tirar el dinero”.
Algunos se sorprendían cuando se les explicaba que en algunos casos,
dependiendo del tipo de interés y de la duración del préstamo, podía salir más
rentable alquilar, sin contar la posibilidad de disfrutar de un mejor hogar
comparativamente.
La formación hubiera sido decisiva
Con un poco de educación financiera, muchas personas habrían
adquirido los reflejos necesarios para negarse a tomar riesgos innecesarios a
plazos tan lejanos. Quizás no se habría evitado una crisis, pero el impacto
hubiera sido muy distinto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario