Juegos sin sonido: ¿una palabra clave para el escaqueo?

El otro día estaba probando el sistema de búsquedas de palabras claves con Adwords, y de casualidad me topé con juegos sin sonido, una combinación de términos que según Google se busca unas 53.000 veces al año.

¿Por qué sin sonido?

Enseguida uno se pregunta por que motivo una persona que quiere bajarse un juego está preocupada por el sonido. Quizás sea alguien que no quiera molestar a los demás mientras se divierte en el transporte público, o alguna persona que no quiere molestar en casa.

Pero después de lo que he conocido en mi carrera profesional, no puedo dejar de pensar que un buen porcentaje de esas búsquedas se hacen en horarios de oficina. Muchas veces cuando trabajaba en grandes empresas he podido apreciar el deplorable espectáculo de individuos pasando el día jugando a algún tetris o juego parecido.

Pero claro, una cosa es que te vean la pantalla por casualidad y no tengas tiempo de hacer Alt-Tab, y otra muy distinta es que se escuchen los sonidos de los marcianitos cada vez que pasas una fase.

¿Y desactivar el altavoz?

Lo que me desconcierta un poco de “juegos sin sonido” (incluso hay quien añade a la búsqueda “ni música”), es que normalmente, la mayoría de los juegos se pueden poner en silencio en las opciones, y de cualquier forma, siempre queda en última instancia la posibilidad de desactivar el altavoz del ordenador.

¿Significará eso que los que buscan esos juegos necesitan que el sonido funcione para otros menesteres? No creo que nadie desconozca como se puede desactivar el altavoz, por lo tanto es la única opción que veo.

El escaqueo en el trabajo

Todo eso, unido a una reflexión que leí ayer en un artículo (cuya procedencia no recuerdo), me hace pensar en escribir un artículo sobre el escaqueo en el trabajo. El post que vi ayer insistía en que es un error pensar que los problemas de productividad solo están en el sector público. Las empresas privadas también tienen grandes problemas a ese nivel, en especial en las grandes organizaciones, que se rigen más por un politiqueo interno que por la búsqueda de los beneficios para la empresa.

Hace parte de un problema más grave, prácticamente a nivel de mentalidad. Podemos echar mucha culpa a nuestros políticos, pero la verdad es que el verdadero cambio lo tenemos que implementar en nosotros mismos.